Si me hubieran preguntado esto mismo hace un tiempo, sin duda me habría aferrado a las reivindicaciones, la belleza de lo onírico y la libertad.
Hoy simplemente diría: un jarro de agua fría.
De un tiempo a esta parte, han ocurrido una serie de cosas que han destrozado esas gafas que me hacían ver todo color de rosa, cambiando mi percepción y pensamiento en muchos sentidos, algo que me dispongo a exponer aquí con precisión. Si bien, como indica el título, esta es mi opinión, mi propia visión, por lo que no pretendo sentar cátedra ni nada por el estilo, simplemente, dar lugar a una nueva entrada.

Momentos de hedonismo y exceso bajo un telón de aparato y té con pastas; modelos de finura y belleza onírica que han tenido una vida escabrosa, cuanto menos. Una contradicción, en resumidas cuentas.
Continuando con la definición, surge en los años 70 del siglo pasado como un rechazo ante el rol de la mujer como complaciente esposa y madre amantísima. Algo que realmente a día de hoy está completamente anticuado (a pesar de lo que se me pueda decir de que seguimos en una sociedad patriarcal donde prevalecen las injusticias, si esas mujeres vieran esto no se lo creerían). Al igual que se han dejado de lado las puntillas de ganchillo, la igualdad prácticamente es un hecho en la sociedad actual, el Lolita ha cumplido su función ¿Qué es el Lolita hoy, en este nuevo contexto? Se suprime todo debate respaldándonos en la rebeldía detrás de la puntilla, tratando temas tan absurdos como el hecho de si una Lolita debe decir palabrotas o no, venga ya.

Se inspira en una belleza onírica digna de un reino de fantasía, con princesas de cuento, apreciando la belleza de los pequeños detalles. Pero el drama y el rechazo son una constante en la lucha por ser la más bella del reino. Algo que se describe como repleto de armonía y belleza se basa en enrevesada palabrería, bonita y vacía, que queda muy aparente, que se repite hasta la saciedad. Cada cual percibe la belleza a su manera, se siente bella a su manera y piensa a su manera, en el momento en el que nos encasillan en cuatro cortes distintos de alto coste, lo siento, pero sólo veo maniquís repletos de volantes que idolatran a tres figuras que construyen su imagen en base a lo que ya he expuesto anteriormente.
Pienso que el Lolita se marchita y se corrompe más cada día que pasa, cada secret que se publica y cada hada que se queda sin alas, alas que desaparecen entre tantas palabras envenenadas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario