10 octubre 2014

Exposición "Noh Kabuki. Escenas del Japón"


El pasado día 8 de octubre pude dar un paseo por esta interesante exposición que tiene lugar en Zaragoza que nos acerca dos de los géneros más importantes del teatro japonés que voy a proceder a exponer brevemente: 

En primer lugar, el teatro Noh, que se remonta al siglo XIV, mucho más culto y complejo. Destaca por una estética sobria relacionada con el Zen, como denotan sus sobrios decorados; creando así un importante contraste con las máscaras y los atuendos propios de los actores, mucho más ricos y coloridos. Normalmente se vincula con obras de carácter trágico: grandes batallas, amores desgraciados... 

Por otro lado, el teatro Kabuki se puede considerar como un espectáculo mucho más animado y dinámico. Lo situaremos en el silo XVII muy vinculado con la burguesía japonesa y el mundo flotante (representado en los Ukiyo-e o grabados japoneses). En este caso destaca por la fama de sus actores (que incluso llegaban a contar con su propio club de fans) y lo llamativo de los maquillajes y atuendos propios de este género. 



Lo primero que voy a hacer es recomendar esta exposición a todos los maños que se molesten en pasarse por esta entrada, podemos detenernos en diversos motivos:
En primer lugar es una exposición gratuita que se ha llevado a cabo con todo el cariño del mundo, cuyas piezas pertenecen a coleccionistas privados que se han molestado en ponerlas al alcance de los visitantes y espectadores. 
En segundo lugar, no hace falta tener un conocimiento básico de Japón para entender estas obras. Al igual que nos paramos ante un colorido lienzo sin tener mucha idea de lo que ha querido expresar su autor, en este caso podemos disfrutar de la maestría de los japoneses a la hora de llevar a cabo un grabado, el cuidado de las líneas y los detalles además de la habilidad a la hora de cuadrar todos los colores (pensemos en los grabados, cada color es una plancha, que funciona como un sello y se ha de tener mucho cuidado para que llene los huecos que le corresponden sin salirse de la línea). Igualmente, tanto las cartelas, las explicaciones iniciales o la hoja de sala (que por cierto, reproduce algunas de las pinturas presentes) facilitan mucho la comprensión de esta exposición. Sin bien he de decir que en algunos casos puede faltar información, como cuando se representa un personaje concreto y no se indica si es un actor, o un personaje. 
Y tercero, esta esta un gran oportunidad para ver de primera mano algunas obras sin que haya un cristal de por medio, apreciando tanto los daños que les ha hecho el tiempo como las pequeñas pinceladas que pudo dar el autor correspondiente. Una auténtica maravilla.



Personalmente, a mí me ha encantado, por su riqueza y disposición. No sólo encontraremos pinturas y grabados, sino que completan la exposición cascos y armas, además de otros objetos como cajitas de diferentes formas. No puedo decir nada acerca de si resulta fácil o difícil seguir el recorrido porque estaba realmente obnubilada con las obras y las pinturas (las fotos no son perfectas, pero es lo que se puede hacer con un móvil y una iluminación que no dañe el papel). 
Bien es verdad, y esto es una cuestión personal por los temas que me gustan, que he echado de menos alguna mención al bunraku o teatro de títeres, pero entiendo que esta es una exposición que se ha hecho por amor al arte y realmente es tanto muy caro como difícil traer ese tipo de obras. Por suerte, encontré un grabado que parodiaba una de estas obras:



En resumidas cuentas, hay que aprovechar este tipo de oportunidades. Y si con lo dicho no resulta suficiente, nunca está de más dejar con la miel en los labios.